Les sugiero que la lean con detencion, para que puedan cuantificar el nivel de indignacion que existe en Colombia ante la presencia de Chavez en asuntos internos del pais cafetero, especialmente en el conflicto guerrillero con las FARC y el ELN. Se daran cuenta que aquí después de usar semejantes municiones, no quedó títere con cabeza.
Lamentablemente hay que hablar de ellas porque hieren nuestros sentimientos, porque suscitan repudio, porque nunca antes en la historia el presidente de un país y menos de uno tan respetable como Venezuela, con semejantes tradiciones patrióticas y democráticas se habían escuchado las vulgaridades, las palabras soeces, repugnantes, que a cada instante pronuncia a ese señor, a quien no volveremos a nombrar por su nombre para evitar caer en la provocación que tanto parece complacerle.
Ese señor ha hecho del insulto y la ofensa un arma para tratar de destruir honras, lograr amplia difusión en los medios de comunicación, crear polémica y erigirse como el sucesor del más ilustre hijo de su país.
No ha habido ciertamente ningún presidente con las características absurdas de este coronel golpista. Vulgar, grosero, patán, irrespetuoso de sus conciudadanos, de los símbolos patrios, de la tradición venezolana, envalentonado con el poder de la gran riqueza natural de su patria cuyo dinero reparte a manos llenas comprando conciencias, buscando adherentes para sus demenciales proyectos, tratando de desviar a otras causas menos nobles la atención de sus compatriotas cada día mas arrinconados por la pobreza y la desintegración de sus mas caros valores intelectuales, sociales, económicos.
Agotada la retórica ofensiva contra el presidente de los Estados Unidos, ahora hace de Álvaro Uribe Vélez su objetivo por no permitir que sus aliados, los guerrilleros de las FARC y el ELN tengan un estatus beligerante.
Esa indigna propuesta, rechazada solidariamente por la mayoría de los gobiernos de Latinoamérica y Europa, ha enervado al iluso gobernante que quiere hacer de la región un fortín comunista como lo concibió en su momento Fidel Castro sustentado en movimientos guerrilleros.
Han quedado en claro sus vínculos con los narcoterroristas, su favorecimiento a los campamentos en territorio venezolano, la facilitación del trasiego y venta de armas y municiones a los narcoterroristas.
Y para ocultar todas esas realidades, acude a los insultos contra el presidente mas popular que haya tenido Colombia, suscitando la mas grande solidaridad en torno a los valores nacionales incluso de partidos de izquierda que en algún momento mostraron alguna simpatía por el patán de Miraflores. Hay que armarse de valor, pero también de argumentos, de antecedentes y de las realidades que estamos viendo, para dimensionar exactamente la ruindad de este presidente, el peligro que representa para el continente y rechazar sus insultos al presidente que lucha por contener la guerrilla, lograr la libertad de los secuestrados y mantener la seguridad democrática para los colombianos."
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